Vive con dos perros y ocho gatos.
Panguipulli.- Ida Adriana Valdebenito Durán, más conocida como la «abuelita duracell» de Panguipulli, vive hoy en precarias condiciones y en un evidente estado de abandono.
La mujer que en diciembre de 2013 se hizo famosa en todo el país por correr por las calles de la ciudad para ir a misa a la gran Iglesia de Panguipulli, hoy vive en la soledad en una vivienda insalubre (Calle Libertad, a la altura del N° 300) que comparte junto a 2 perros y 8 gatos, a quienes cuida y alimenta, dejando de lado su salud y su alimentación personal.
Oriunda de sector Los Tallos. Una mujer devota. A sus 74 años, acude cada día a misa de las 20 horas sin falta, exponiéndose a un atropello, a menos que esté enferma o con algún malestar físico. Reza 3 veces al día y se alimenta de té o café con leche y con comidas que esporádicamente se prepara, y que suele guardar durante varios días en un refrigerador que no funciona.
Su casa se gotea en varios puntos. No cuenta con una adecuada calefacción y en difícil estar en su habitación soportando los fuertes olores causados por excremento y orina de los gatos con los que habita.
Vive sola desde el fallecimiento de su hermana, con quien residió en Maipú (Santiago) durante gran parte de su vida. Cuenta que en su vida se desempeñó como destacada Técnico en Radiografía, en conocidos hospitales como el del Trabajador, Calvo Mackenna y Pedro Aguirre Cerda. Estuvo a punto de ser monja, pero se arrepintió en último momento por problemas familias.
Resulta difícil para cualquier ciudadano «común» pensar en cómo ha logrado vivir tanto tiempo en esta preocupante situación. La explicación está en la preocupación del grupo de ayuda parroquial de la Iglesia Católica de Panguipulli y de sus mismos vecinos, quienes tratan de ayudarla en lo esencial, pero es difícil ya que Srta. Adriana es desconfiada.
Un equipo de Asistencia Social del Municipio de Panguipulli se acercó durante la mañana de este martes con la intensión de levantar antecedentes y gestionar ayuda.
Una mujer de espíritu noble, muy católica, solidaria, educada y sencilla, que hoy teme a un adiós sin compañía, esa compañía que solo le brindan sus perros y gatos día a día.
Como favor, Srta. Adriana nos pidió ayuda para ubicar a su prima Eliana Valdebenito Carrasco. Ella trabaja en Purulón, con las Hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón, además de ayuda para conseguir una nueva cocina a leña, leña y aserrín para limpiar su hogar de las heces fecales de sus mascotas. Además tiene un aparato auditivo (audífono) que ya no le funciona muy bien, por lo que resulta difícil comunicarse con ella a menos que sea gritándole o escribiendo sobre una hoja.
