«Don Chami», Famosa tostaduría local, ha procesado cerca de 30 toneladas de Avellanas este año
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Las distribuyen entre Puerto Montt y Santiago.
David Contreras, tostaduría “Don Chami”
Panguipullenses.- Un total aproximado de 30 toneladas de avellanas de la zona, fueron las que el emprendedor panguipullense David Contreras procesó durante este año a través de su tostaduría bautizada como “Don Chami”, ubicada en calle Pedro de Valdivia, en la ciudad.
El empresario relató que “durante esta temporada compramos y procesamos 30 mil kilos. La avellana empieza a madurar entre marzo, abril y mayo, por lo cual la adquisición del producto la realizamos en esa fecha. Con eso tenemos para producir hasta septiembre y principios de octubre”.
“El producto terminado lo llamamos ‘Avellana Chilena Tostada’, pues ese es el único proceso que hacemos con el fruto. En la actualidad distribuimos y tenemos clientes desde Santiago hasta Puerto Montt”, aseguró Contreras.
| Claves de recolección
Una de las claves del negocio que impulsa David Contreras está en el método en que adquiere el fruto seco.
Esto debido a que el emprendedor reúne la fruta gracias a la colaboración de campesinos y agricultores de la zona, quienes recolectan las avellanas en el campo y luego se las venden por kilo.
“Antes las avellanas simplemente se perdían en los campos (…) se las comían los chanchos o los ratones. La gente sólo rescataba pequeñas cantidades para el consumo personal”, explicó Contreras.
El empresario detalló que “en ese contexto, y dado que teníamos pensado trabajar con el producto, fue que pusimos avisos radiales para que los campesinos se acercasen con las avellanas que tenían en sus campos, y nosotros se las comprábamos inmediatamente y al contado”.
“La gente se nos manifiesta siempre muy agradecida pues ahora pueden contar con un ingreso que antes no tenían. Así como personas nos venden muchos sacos de avellanas, hay otras que llegan con cuatro o cinco kilos y se las compramos igual”, añadió.
|El negocio
David Contreras relató que la idea de este negocio comenzó hace doce años. “Cuando vivía en Santiago tenía clientes que compraban muchas avellanas, así descubrí este nicho y quise rescatar este producto que muchas veces se pierde”, dijo.
El emprendedor aseguró que aunque cada año aumenta su producción, la avellana siempre “se nos hace poca”.