A su regreso a Chile, tras actuar como embajadores de la Cueca en tierra donde reina el Chamamé, con bandera panguipullense incluida, dijeron estar «agradecidos de Dios por acompañarnos en esta aventura -por decirlo de alguna manera- y por lo sucedido durante el viaje y agradecerles a todos a todos los que nos ayudaron».
Uno de los momentos más recordados -según dijeron- «fue la noche del Pichi Trabún, donde realizaban su presentación los más pequeños, Maximiliano Sandoval Lopez se robó la película presentándose en el escenario de huaso. Se despidió saludando al público, tomándose el sombrero y haciendo una venía, donde fue aplaudido y ovacionado por el público presente».
El grupo había hecho varios esfuerzos para costearse el viaje hasta San Martín, por lo que agradeció el apoyo económico de quienes hicieron posible el viaje de la delegación que incorporó a pequeños bailarines y a apoderados del club.