En el Trafkintuwe finalizó destacado taller de danza y teatro para niños de la zona
Por: María José Martínez P.
Panguipulli.- El pasado miércoles 31 de octubre se realizó en el Espacio Trafkintuwe una actividad abierta a la comunidad para compartir el proceso de lo que ha sido hasta ahora esta primera escuela gratuita de danza y teatro para niños de 6 a 16 años de la zona.
En la ocasión, se presentaron algunos de los ejercicios de expresión que han venido realizando sábado a sábado desde el mes de abril. Los padres e invitados también participaron de las diversas dinámicas.
Mónica Cardyn, una de las facilitadoras del proceso comenta que “fue creado como una búsqueda que nos permita desde elementos del teatro y de la danza, tanto fortalecer nuestra identidad, como construir entre todos este quiénes somos desde la creatividad y cómo queremos ser y relacionarnos.”
Macarena Bajas Ibiza, es mamá de Ennio Fidelli de 8 años que participa activamente en la instancia y se muestra muy satisfecha con esta instancia y espera que siga, pues “me parece que es una iniciativa que es entretención con sentido, que nos acerca al otro, a niños con niños, pero también a sus profesores. También los ayuda a encontrarse con ellos mismos, con sus características personales. Yo estoy feliz y él está súper contento. Siempre llega contando todo lo que hace. Le encanta contar chistes y estudia en la semana para poder contarlos el sábado”.

Esta instancia educativa está haciendo acciones para desarrollar habilidades de teatro, danza y expresivas en términos generales en niños y niñas del territorio, tanto del pueblo de Panguipulli como de los sectores rurales. La escuela tiene también por objetivo generar una metodología para la educación escénica desde la identidad y pertinencia cultural. Además se ha ido habilitando el Espacio Trafkintuwe con piso de danza, para entrenar más cómodamente, además de iluminación y telones para el escenario. Todos estos avances están permitiendo dejar el espacio disponible y adecuado no solo para las sesiones de taller, sino también para futuras presentaciones, tanto de la escuela como de otros grupos.
Johanna Saavedra, madre de Ayinko y Millanka de 9 y 11 años, respectivamente, trae a sus hijas a participar. Ella ya lleva dos años educando en casa y valora estos talleres que complementan la formación de las niñas: “Me parece muy necesario este espacio porque en Panguipulli no tenemos teatro para niños, entonces que exista este espacio para las niñas que están en este momento desarrollándose, que están creciendo, que están aprendiendo, para que estén en contacto con otros chicos. Además a mí en lo personal lo que me interesa del taller es que las chicas logren expresarse, modular, dar a conocer sus emociones, pero a través del juego, del cuerpo, del encuentro, junto a los otros niños y junto a los profes han sido súper preocupados. Las chicas llegan súper contentas. De hecho venía una y ahora vienen las dos, una motivó a la otra a venir”
Mónica Cardyn refuerza las expresiones anteriores sobre la intencionalidad de la iniciativa “estas experiencias más que buscar un resultado, una obra final, una puesta en escena, lo que buscan es que desarrollemos la capacidad de expresar y de crear este qué queremos ser y estas expresiones se dan en conjunto, viendo la actividad artística como una actividad colectiva participativa, donde en la medida que escuchamos las distintas voces se vuelve una partitura con más riqueza, con más color y más matices”. En este sentido, si bien el teatro y la danza es lo central, también se deja abierto el espacio para otras expresiones “dándonos espacio para las distintas creatividades, porque la danza y el teatro cuando tienes que ensayar algo y repetirlo una, dos, tres veces, es horrible. Pueden volverse disciplinas súper autoritarias y coartantes de la creatividad”.
| Apoyo de actores culturales locales: una realidad compartida
En el marco de esta iniciativa se ha dado énfasis en los contenidos de la cultura mapuche. Para ello en el mes de julio, Jorge Weke, werken del Parlmento Mapuche de Koz Koz y de amplia experiencia de trabajo en teatro tanto participando él como acompañando procesos de niños y niñas en escuelas y otras instancias. En las primeras sesiones del taller compartieron sus conocimiento Ana Llaupi del Parlamento de Koz Koz y Pedro Cardyn, de la Red de Organizaciones Socioambientales de Panguipulli.

Con respecto a la actividad desarrollada meses atrás, Jorge Weke comenta “traté de explicar la creación misma de Wallonmapu de la tierra, cómo se fecundó los seres y eso lo personifiqué en un relato con ellos en donde en el mundo no existía nada y que luego de eso empiezan a aparecer en ese mundo mágico las montañas, agua, el aire y todo lo material que uno puede alcanzar a ver ahora y en eso también comenzaron a aparecer cada uno de ellos “. En el ejercicio ellos tuvieron que conectarse unos con otros a través de palparse y ahí los niños se dieron cuenta al empezar a despertarse que “tienen una relación no sólo con el que tiene al lado sino también con un conjunto de otros”.
Weke también recuerda de la experiencia compartida con los niños y niñas del Ayekantuwe que ellos y ellas “se encontraron que había muchas edades y muchos orígenes. Y ahí comenzamos a jugar con algunos nombres y algunos apellidos, de dónde provenían y comenzaron a preguntarse también qué significa su propio apellido; en algunos casos aquellos que no tenían ascendencia mapuche se preguntaron de dónde podría provenir”. Según plantea Jorge, la actividad no fue sólo buscar su origen que tiene que ver con su propio apellido, sino que tenía que ver con su propia esencia como ser humano, como persona; qué es lo que ellos hacen ahora y con qué elemento se relacionan. “Yo les decía: concéntrense con lo que van a hacer, a lo mejor piensen en la lluvia, en la piedra, en un árbol, en el agua de una vertiente. Entonces varios de ellos me dijeron: yo lo que me soñé este rato fue… y luego decían, perdón me equivoqué. Yo les dije si lo que ustedes vivieron este rato fue un sueño y al despertar se dieron cuenta que hoy empiezan a vivir una realidad de compartir con las demás personas, pero además con su entorno donde viven. Por eso ese entorno tiene una importancia profunda para ellos, en el sentido que se tenga que invocar algunos elementos de la naturaleza”.
En lo más profundo, el werken evalúa positivamente el trabajo realizado “Todos los espacios se pueden aprovechar, en el sentido que hay una cantidad de conocimiento y de práctica, de sabiduría que está en el mundo de la mentalidad, pero en la práctica no hay mucho que entregar o hacer. Lo que yo aprovecho en esta oportunidad es incorporar aquello que estaba en el pensamiento, aquello como que de repente se ve ficticio y eso trasladarlo con ellos en la práctica a través del juego”.

En esa jornada de fines de julio apareció de visita el ülkantufe Joel Maripil quien compartió brevemente con los niños y niñas complementando las habilidades desarrolladas en la experiencia con Jorge Weke.
Es relación intercultural es algo que también destaca Macarena, mamá de Ennio, quien se vino a vivir desde Santiago a Panguipulli. “nos vinimos a vivir acá para acercarnos a la naturaleza y ese es el sentido que tiene toda la cultura mapuche, más allá que yo no sea mapuche, habito el mismo territorio ancestral de ellos y creo que una de las cosas más importantes es que el Ennio y nosotros nos empapemos de esa relación de lo humano con la naturaleza”
| Desarrollo de habilidades integrales
En julio, agosto y también en esta actividad pública de octubre estuvieron presentes Elizabeth Castillo Monsalves y Daniel Gómez Reyes quienes viven en Likan Ray y trabajan la música y el baile afro. El aporte de ellos al desarrollo de los niños de la Escuela Ayekantuwe fue explorar a través de la música y el baile, la ritmología con sus características y diversidad. Ellos como facilitares piensan que desarrollar estas habilidades es muy importante tanto en la vida cotidiana como para escena/teatro, porque es una forma de diálogo y expresión que te conecta y ayuda acercarte a la música, cuerpo, silencios, pero también a la auto creación y al ser autodidactas en los procesos formativos. Eso mismo es lo que motiva a Eli y Daniel “Romper el desarrollo creativo tradicional, en una sala sentados sin hablar. Acá la idea es lo contrario ser autodidactas creadores desde el movimiento, espacio y musicalidad”.
Johanna, madre de Ayinko y Millanka destaca esta misma apuesta, pues para ella es relevante situar esta acción “mirada que es parte del desarrollo integral del ser humano, así como la ciencia, cómo el arte, como la música, como el lenguaje, la matemática, todo es parte de, en la medida de que eso lo que generalmente ha ido pasando es que en la educación formal no está presente. Se ha ido eliminando. Y yo creo justamente que lo que forma el ser humano son esas otras áreas que hay que fortalecer. Uno vino a desarrollarse y estos talleres han sido el vínculo, el enlace para que mis hijas y los otros chicos que están acá, que puedan tener otro desarrollo”.
Ayekantuwe (El lugar donde me divierto y aprendo) es el nombre de esta iniciativa que se estará desarrollando hasta febrero. El proyecto lleva por nombre “Escuela de formación inicial para el fortalecimiento cultural en Panguipulli” y es financiado por el Fondart Regional 2018. La instancia es impulsada por la Asociación Futa Koyagtun Koz Koz Mapu. Los facilitadores de la instancia son Mónica Cardyn y Bernardo Hermosilla.
Tags