Desarrollan iniciativa piloto en Escuela de Huitag que enfrenta el cambio climático a través de la Cultura Mapuche



Educación.- Bajo la premisa de que  la transmisión de la memoria mapuche territorial debe ser parte del proceso para restablecer el equilibrio y poder enfrentar los impactos del cambio climático a nivel local, la representación teatral  fue uno de los 4 pilares del proyecto. Esta y otras habilidades transversales se han buscado potenciar en niños y niñas de la Escuela Huitag de la Comuna de Panguipulli con el proyecto “Kom Pu Che Taiñ Newen: Niñas, niños y la comunidad, cuidan la biodiversidad frente al cambio climático” que fue desarrollado durante el segundo semestre por el equipo técnico y de gestión del Parlamento Mapuche de Koz Koz junto a Bosque Modelo Panguipulli La Iniciativa es financiada por Gobierno Regional de los Ríos (GORE) mediante subvención de actividades de Protección al Medio Ambiente y Educación Medio Ambiental a entidades sin fines de lucro.

“Hoy día existe un proceso, una crisis a nivel mundial que se denomina crisis climática. Nosotros sabemos como mapuche que por cientos, miles de años, vivimos en estos territorios y nuestros antiguos que ya están muertos, vivieron sin grandes problemas. Había agua, había tierra, había bosque. Se podía sostener la vida y había un equilibrio. Hoy con toda la intervención y la llegada de mucha más gente, todo eso está cambiando, está siendo avasallado muchas veces” plantea Beatriz Chocori Huenullanca, parte del equipo ejecutor del Parlamento Mapuche de Koz Koz. Además agrega “como eso ocurre y vemos que está pasando acá y también a nivel mundial. Las temperaturas se disparan, las lluvias escasean o cuando llueve, llueve mucho y eso no va a parar”.

Este un fenómeno que ya se instaló y que se están viendo ahora los efectos, no en décadas posteriores como alguna vez se planteó. “La naturaleza no puede ser vista como un recurso, es el lugar que nos sostiene como habitantes de esta mapu” explica Chocori.

Con ese escenario preocupante “vimos que era necesario poder trabajar con los niños.  Y esta idea que partió acá en Huitag  después se pueda replicar en otros centro educativos” sostiene.

Aprender mediante el cuidado de la huerta

Desde este horizonte, los diversos talleres que se desarrollaron durante esta primavera e inicios de verano, se realizaron en un marco de una mirada pedagógica de mezclar el conocimiento mapuche local con el conocimiento científico para generar aprendizajes para la vida en las nuevas generaciones. Bajo esa apuesta se generó con apoyo de apoderados, profesoras y autoridades ancestrales locales una huerta bajo el modelo Huerta Mapuche que posee tanto plantas medicinales como verduras. Cada curso dentro de la escuela multigrado tuvo a cargo sembrar y cuidar una platabanda de cultivo y para el próximo año ya se vislumbran nuevas actividades formativas vinculas al trabajo de la huerta, desde estadística básica hasta comprensión del medio a través de la observación  del  suelo,  insectos o la estructura de ciertas plantas.

Un desafío dentro del contexto cambiante del ciclo de lluvias que implica el cambio climático, es la abundancia o escasez de lluvias, rompiendo los patrones y regularidades que se conocían anteriormente. Para poner en evidencia este aspecto y proponer una solución es[b1]  que se instalaron 2 estanques de 1200 litros que regarán mediante goteo la huerta recuperando agua lluvia que está siendo reunida por las canaletas que fueron instaladas en una construcción aledaña a la huerta y conectadas a estos estanques. A este sistema se le llama “captación  de  aguas lluvias” y será usado ciertos meses, mientras que en otras estaciones los estanques serán recargados con el circuito regular de abastecimiento de agua en los sectores rurales.

Marta Huenchuanca participó de algunas de las actividades y de lo que rescata a partir de la experiencia que su hijo Eduardo de tercero básico le comenta es que  “Lo que más le gustó es cómo se hace las platabandas”. Ella tiene huerta en su casa, pero el que esto se refuerce en la escuela permite que en ellos “ahora tengan muchas más cosas como cuidar el medio ambiente”. Además la apoderada y vecina del sector plantea que “esto le sirvió harto a los chicos porque el cambio climático que estamos viviendo ahora”.

Marta Rain, abuela de Javiera Jesús Huenul Marifil de sexto básico también valora que en la Escuela se esté trabajando en conjunto una pequeña huerta. Ella ha cultivado alimentos desde niña  y luego de volver de trabajar unos años fuera del territorio, retomo el trabajo que su madre nunca paró de hacer. Ahora ella mantiene el invernadero para que cuando sus hijos que trabajan fuera puedan seguir disfrutando de las sabrosas habas, arvejas, porotos, maíz, zapallo. “Nosotros sembramos lo que se pueda, para poder tener al menos la mitad de año productos”

Carolina Chihuaipan, apoderada de la Escuela de Huitag tiene su hija va en tercero básico y comenta que si bien su hija desde pequeña ha sido bien metida en las cosas del campo, valora que ella pueda participar de una huerta en la escuela “porque a los niños les sirve un montón para que desde chiquititos vayan creciendo con esta idea de que la tierra nos da. Y que sepan todo de cómo trabajarla”

Efectivamente las cosas ya no están como antes

La observación ha sido la herramienta central del pueblo mapuche para ir sacando conclusiones de los flujos y cambios que tiene todo lo vivo con lo que interactúa.  Este conocimiento ha sido transmitido entre las generaciones por largo tiempo. Esa fortaleza cultural será reforzada con los aprendizajes que se pueden tener de una estación metereológica a pequeña escala que fue instalada para que sean los propios niños y niñas los que trabajen en  poder cuantificar y constar los días más calurosos o más fríos entre otros parámetros del estudio de clima. Estos datos que registra el aparato a nivel local son transmitidos a un computador que almacena la información para que después pueda ser analizada.

“Lo entiendo yo y los niños también están preocupados por eso, menos mal que este año no vino tan seco, pero más adelante no sé cómo vamos a seguir” plantea la papay Marta Rain. Además de los ejercicios de toma de datos de la estación meteorológica para reforzar las observaciones, es necesario  cambiar ciertos hábitos propios de la vida en el  campo como el uso constante de la cocina a leña sin reforestar “yo le digo a mis hijos: si vamos a voltear un palo para leña, tenemos que replantar 1 o 2 para que algún día los nietos, los bisnietos, pueda crecer la familia y haya para ellos, para que sigan. A mí me encanta la cocina a leña y a los niños. Y acá en el campo es más fácil eso. La leña es lo primordial para calentarse, una estufita. Les digo eso: pensemos las cosas antes de actuar, porque hay personas que siguen volteando lo nativo y venden y venden. Después ¿qué pasa? ¿Qué vamos a consumir?. Van a ser los niños los que van a seguir después”.

Aprendiendo al aire libre

Otra de las causas así como de las consecuencias del cambio climático es la pérdida de biodiversidad. Por esa razón en el mes de agosto se realizó una reforestación asociada a un pequeño estero que corre por la parte posterior del predio de la escuela de Huitag. Mes a mes se fue implementando un sendero educativo con carteles en los principales punto de interés para escuchar, observar u oler lo que ocurre en este bosque en recuperación. Con el paso de los años este espacio irá creciendo no sólo porque los ulmos, hualles o calafates irán creciendo, sino que se multiplicarán las instancias pedagógicas que pueden desarrollarse al aire libre. Prueba de esto fue lo ocurrido el 29 de noviembre pasado donde fueron los mismos estudiantes los que hicieron el guiado para transmitir a sus pares de las Escuelas Rurales de El Manzano, Panguilelfun, Pitren, Cayumapu y Milleuco ciertos aspectos del sendero de un bosque en regeneración. Esta visita se dio en un contexto del Tercer encuentro Intercultural de Escuelas Rurales por la protección y conservación del Itxofill Mongen, donde además se visitó el humedal que existe en la zona.

Esta Reforestación asociada a cuerpo de agua, plantea Héctor Alonso Pichun de Bosque Modelo Panguipulli, es parte de “una búsqueda de generar un espacio educativo al aire libre donde los niños y niñas de la escuela puedan explorar y generar ciertos aprendizajes. Además que sea una propuesta para visita de otros establecimientos educativos”

Carolina Chihuaipan, apoderada de la escuela rural recuerda la plantación del mes de agosto donde hubo bastante lluvia al momento de ir a reforestar “nos mojamos bien mojados, pero valió la pena. Fue un bonito momento que se hizo con los niños y con los apoderados”.

Aprendizajes transversales

Para generar estrategias locales frente al cambio climático las nuevas generaciones en un territorio particular como lo es Panguipulli deben potenciar  habilidades transversales. En ese sentido, resulta valioso no sólo es necesario desarrollar habilidades comunicativas o conocimiento de ecología, sino también resulta vital además despertar la memoria mapuche local de ese momento de bienestar (kume felen) previo al despojo. Coincidiendo con la graduación de los sextos básicos y el cierre del año escolar, el pasado martes 13 de diciembre se desarrolló en la Escuela de Huitag la presentación de una obra de teatro desarrollada por los niños y niñas (pu pichikeche) en conjunto con el kimelfe (educador) Jorge Weke Catriquir.

Al respecto Weke sostiene “hay que recuperar la memoria del territorio para ese cuidado, modo de vida y conocimiento”. En esa búsqueda el teatro es una herramienta para el fortalecimiento, traspaso del conocimiento y el desarrollo del protagonismo que niños y niñas deben tener en este proceso de cambio. “Luego de la resistencia existe un pueblo que puede pensar su futuro. Un pueblo que se asienta en una proyección armónica” plantea Weke.

“Reforzar tanto el conocimiento antiguo como el conocimiento actual y de eso sacar lo mejor para que nuestros niños a futuro tengan esa conciencia del cuidado, del resguardo, de saber que lo que yo hago, cómo cultivo, lo que siembro o cómo uso mi espacio va a incidir y va a impactar directamente en el lugar donde yo vivo” agrega Beatriz Chocori.

Así se termina la ejecución del primer año de esta iniciativa que ya está buscando alternativas para seguir sosteniendo y ampliando este proceso en el próximo ciclo escolar que comienza en marzo. Por ahora se asientan las primeras evaluaciones y aspiraciones luego de estar finalizando este primer impulso “lo que los niños han hecho acá va a quedar en sus mentes y su memoria y probablemente cuando vayan creciendo van a ir reafirmando eso. Por eso para nosotros es muy significativo estar aquí en esta mapu y haber sido parte de ese proceso. Esto es algo que se construye entre todos”.

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