Bingo: orígenes de este popular divertimento





El juego, como una forma de diferenciación, entretenimiento o resolución de conflictos, ha acompañado a los hombres desde el inicio de la historia. Con el paso de los años, las prácticas lúdicas se han modificado y, en algunos casos, las reglas de las actividades cambiaron completamente.

Una de las formas de diversión más difundidas son los juegos de azar, en los cuales los participantes no solamente pasan un buen momento, sino que también hacen apuestas económicas, intentando que la suerte los favorezca.

Si bien en la actualidad muchas personas eligen las modalidades online, especializándose, por ejemplo, en video bingo ortiz u otras variantes similares, cuando surgió este popular divertimento, las condiciones de juego eran bastante diferentes. Vamos a conocer la historia del bingo.

Cuáles fueron los antecedentes del bingo

Así como sucede con muchos acontecimientos y costumbres sociales, los historiadores no han podido establecer un origen preciso y exacto del surgimiento del bingo. Existe una teoría que indica que esta práctica comenzó en la Antigua Roma, momento en el cual los habitantes de la civilización pasaban el tiempo haciendo sorteos con fichas que tenían diversos símbolos y figuras y completando una tabla con los mismos diseños.

Otra versión sostiene que esta actividad es más contemporánea, ya que surgió en 1530 durante el Renacimiento italiano, cuando se jugaba el denominado Gioco del Lotto, un juego muy similar al bingo actual que contaba con 90 bolillas.

Años más tarde, específicamente durante el siglo XVIII, el juego se extendió por el territorio europeo y llegó a Francia. Allí aparecieron las versiones que luego darían origen a lo que hoy conocemos como bingo, ya que los participantes solían utilizar cartones para anotar números y designar una persona para que sacara las bolillas de un receptáculo.

En el siglo XIX, en Alemania le encontraron una nueva función al bingo: utilizaban los cartones para enseñar matemática en los establecimientos educativos de la época.

Llegada al continente americano

Ahora bien, tal como aconteció con otras prácticas sociales, la inmigración posibilitó la llegada del bingo a las costas del continente americano. Allí, el bingo era un entretenimiento habitual en las ferias de las ciudades, donde era conocida como “beano”, porque para marcar en los cartones los números que iban saliendo sorteados se usaban beans, o sea, frijoles.

Sin embargo, el bingo tomaría un impulso notable gracias a Edwin Lowe, un fabricante de juegos de Nueva York que lo descubrió en el estado de Georgia y lo llevó hacia tierras neoyorquinas.

Una vez allí, contrató al matemático Carl Leffler para que relevase las probabilidades numéricas quien, después de meses de arduo trabajo, creó más de 6000 cartones con diferentes combinaciones de números.

Desde ese momento, gracias a la inversión de Lowe y a la investigación de Leffler, el bingo se convirtió en un modo de diversión visiblemente popular, llegando incluso a ser utilizado por las iglesias con el objetivo de juntar fondos para el desarrollo de las comunidades.

El nombre “bingo” surgió gracias a una equivocación de uno de los amigos de su impulsor, Edwin Lowe. Cuando estaban en plena partida, esta persona, en vez de gritar “bean” para indicar que había completado su cartón, se confundió y vociferó “bingo”, dando origen a la denominación actual de esta práctica lúdica.

RANDOM

Opinión: Un desafío Olímpico, por Sebastián Febres Varela, Gerente General de Suralis

Opinión.- La reciente suspensión del triatlón en los Juegos Olímpicos de París 2024 debido a …